lunes, 17 de febrero de 2014

Recuerdos de la infancia

Desde que era pequeña, o mejor dicho, desde que tengo memoria, creía que todos los adultos eran seres correctos, que no cometían errores, puesto que todo lo sabían. Pensaba que todos eran buenos y educados.

Cuando era pequeña, recuerdo que mi madre siempre me decía como debía comportarme y me regañaba cuando hacia las cosas mal. Como cuando íbamos a una casa ajena, ella solía decirme que debía comportarme, sin hacer escándalo, no interrumpirla cuando estuviera hablando con las personas, que no agarrara nada y que me mantuviera callada siempre cerca de ella.

Me decía que debía saludar, pedir las cosas “por favor” y agradecer por ellas, que debía pedir permiso e incluso que debía decir que la comida que nos brindaban era deliciosa, aunque no lo fuera, pero que tenía que decirlo por educación, y así, una serie de normas de nuestra sociedad que por muy sencillas que parecieran, muchos niños carecen de ella.
No tarde mucho en darme cuenta que estaba equivocada con respecto a los adultos.

Nuestros vecinos actuaban irracionalmente, no seguían aquellas reglas que mis padres me había inculcado, algunos de mis compañeros de clase se comportaban groseramente, igual mi familia, como por ejemplo, mis primos adolescentes que llegaban de la escuela y se iban, ni mis tíos sabían a donde, porque ellos trabajaban.

Recuerdo que yo decía que, cuando llegara a la adolescencia no quería ser así, no quería gritar o pelear con mis padres, no quería irme de la casa porque causaría preocupación a mis padres, e incluso podría lastimarme a mí misma por los peligros que hay en la calle.

En algún momento, llegue a pensar que al paso de los años, nuestra actitud o nuestra forma de pensar cambiaban y por eso la gente actuaba así, pero esa idea la deseche conforme pasaban los años y seguía teniendo las mismas ideologías pero había refirmado y adquirido más saberes.

Fue entonces que entendí que todos fuimos educados por personas cuya mentalidad era distinta, que crecimos en situaciones distintas y me di cuenta que parte de esa “costumbre” de mis primos era causada de alguna manera por sus propios padres, ya que quizá, ellos no median las consecuencias de sus actos porque nadie les advirtió de los riesgos o no querían estar en su hogar porque sus padres no estaban allí.

Reflexión sobre las creencias de la infancia que no corresponden a la realidad. Problemas Filosóficos. Escrito el 25 de octubre del 2013. Extraído el 17 de febrero de 2014.

Hola!


Buscando una actividad pasada entre mis archivos encontré este escrito que hice hace un tiempesito y quise compartirte esta experiencia de mi niñez.

Nos leemos luego~

1 comentarios:

  1. Me alegro de decir que yo también fui educada de esa manera y que, cuando tenga hijos, los voy a educar así, porque como dice mi madre ''las personas sin educación no caben en ningún lugar''. Y claro que no es culpa de los niños... es culpa de los padres... y posiblemente el hecho de que sus padres sean así es porque los padres de sus padres los educaron así y blah blah, es una cadenita que lamentablemente es muy común hoy en día u_u

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